María Esther Beltrán Martínez Fotos: Junta Andalucía
Andalucía, España.- Se ha anunciado la adquisición de seis piezas romanas de excepcional factura y en óptimo estado de conservación originarias de la colonia de Urso –la actual Osuna– con destino a la colección del Museo Arqueológico de Sevilla, inmerso en la actualidad en la fase de embalaje y traslado de sus fondos de cara a la reforma integral de su sede, edificio diseñado por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929.
Las piezas, halladas en 1903 en un pozo y legadas durante varias generaciones de propietarios hasta ser adquiridas ahora por la Junta de Andalucía, son de mármol de extraordinaria calidad, probablemente de origen griego. Destacan la cabeza femenina y el pie femenino con sandalia e inscripción, además de dos fragmentos de una estatua thoracata (pierna y faldellín), un fragmento de pie con caliga y otro pie descalzo de estatua colosal en dos fragmentos.
Patricia del Pozo, consejera de cultura de la Junta de Andalucía ha destacado que «Este objetivo, pasa por enriquecer las colecciones de los museos andaluces, así como modernizar, adaptar y mejorar sus servicios e instalaciones, tal como se está haciendo en el Arqueológico de Sevilla con vista a su rehabilitación integral».
Cultura ha invertido 76.050 euros en la adquisición de este conjunto excepcional. Las piezas, formarán parte de la futura exposición del Museo Arqueológico de Sevilla una vez que esté completamente renovado, convirtiéndose así no sólo en una institución cultural emblemática.
Entre las seis piezas ahora incorporadas al patrimonio público andaluz, la cabeza femenina que parece representar a Minerva o Dea Roma. Su importancia reside en su rareza, ya que aunque existen torsos de otras imágenes que se pueden atribuir a dicha diosa en otras ciudades de la Bética, no es frecuente en ellas la presencia de las cabezas. La única similar es la cabeza de Itálica, aunque es de realización posterior.
A esta pieza le sigue en relevancia el pie femenino, con dos cintas trenzadas de sandalia, de una alta calidad artística. Como singularidad presenta una inscripción epigráfica que se transcribe BALIAR –que se podría desarrollar como BALIAR y que podría ser la firma del escultor, algo no muy frecuente.
Desde su hallazgo en 1903 en Osuna hasta llegar al Arqueológico de Sevilla las piezas han pasado por dos comunidades autónomas, aunque siempre en manos de la misma familia. El primer heredero se las llevó consigo a Murcia, donde han residido durante muchos años. Ahora son las nietas de su descubridor las que han decidido venderlas para que se integren en el patrimonio cultural público, logrando su compra la Junta de Andalucía para que vuelvan a su lugar de origen.
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