Yandel Sinfónico cautiva Chicago con una noche de arte, poder y reggaetón en versión orquestal.

La noche del sábado 8 de junio, el Auditorium Theater fue testigo de un concierto que marcó un antes y un después en la historia del reggaetón: Yandel Sinfónico. El ícono de la música urbana se presentó ante un teatro completamente lleno, acompañado de una orquesta sinfónica en vivo, en una fusión musical que sorprendió, emocionó y, sobre todo, hizo vibrar a todo el público.

Desde el primer acorde, quedó claro que no sería un concierto convencional. Yandel apareció en el escenario con una elegancia que combinaba perfectamente con el ambiente clásico del recinto y con la potencia de sus canciones reimaginadas con arreglos sinfónicos. Durante más de hora y media, el reggaetonero puertorriqueño se dedicó exclusivamente a cantar, recorriendo su amplio repertorio de éxitos sin interrupciones, sin grandes discursos, pero con una entrega total. Y eso el público lo agradeció.

Temas como “Rakata” y “No me importa que usted sea mayor que yo” fueron los más coreados de la noche y encendieron al público que no dudó en ponerse de pie, bailar y dejarse llevar por la energía de Yandel, incluso dentro del marco solemne de un teatro sinfónico. La mezcla de beats urbanos con violines, metales y percusiones clásicas creó un ambiente electrizante y sofisticado a la vez.

Uno de los aspectos más comentados y aplaudidos fue la orquesta sinfónica que lo acompañó. Su ejecución fue simplemente impecable. Llamó especialmente la atención la sección de cuerdas, conformada en gran parte por mujeres violinistas que no solo destacaron por su talento, sino por la fuerza visual y escénica que aportaron al espectáculo. Ellas se robaron más de una ovación a lo largo de la noche.

A lo largo del show, Yandel realizó tres cambios de vestuario, marcando diferentes fases dentro de la experiencia sonora que ofreció. Desde un look elegante y sobrio para las primeras canciones, hasta atuendos más urbanos para los momentos de mayor energía, cada detalle del concierto fue cuidadosamente pensado para mantener la conexión entre lo clásico y lo moderno.

La producción fue otro de los puntos fuertes: luces precisas, sonido envolvente y una escenografía que respetaba la estética sinfónica sin restarle dinamismo a la puesta en escena. La selección musical fue inteligente y muy bien balanceada, permitiendo disfrutar tanto de las versiones renovadas de los grandes hits como de nuevas propuestas con arreglos instrumentales que sorprendieron incluso a los más conocedores del género.

Yandel Sinfónico no fue simplemente un concierto; fue una experiencia artística que rompió esquemas. Un claro ejemplo de cómo el reggaetón puede evolucionar, abrazar nuevos formatos y seguir conquistando espacios culturales de alto nivel sin perder su esencia ni su capacidad de conectar con la gente. Y en Chicago, eso se sintió a flor de piel.

Los asistentes salieron del teatro con una sonrisa, cantando y comentando lo vivido. Muchos coinciden en que fue una noche mágica que superó las expectativas. Una noche donde lo urbano se vistió de gala, y donde Yandel demostró, una vez más, por qué sigue siendo uno de los grandes del género.

y como siempre un concierto de esta magnitud tenia que ser traido por Live Nation.

Por Araceli Nava